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Por sus características, el sector inmobiliario debe comprometerse desde el punto de vista social. Especialmente en el contexto actual, ya que la sostenibilidad hace tiempo que es un aspecto predominante en la toma de decisiones de las empresas y las actividades relacionadas con la construcción tienen impacto considerable sobre el medioambiente.

En los últimos años, organismos como la ONU o la Unión Europea se han fijado metas y objetivos para transformar el mundo de hoy y frenar peligros como el cambio climático. Y uno de los puntos de partida es trabajar en el ámbito de las finanzas, para que las compañías adquieran prácticas responsables que las animen a invertir en proyectos beneficiosos para la sociedad.

Al calor de esta situación han surgido los criterios ESG para ayudar a avanzar al Real Estate hacia un futuro más sostenible, ético y rentable. Una hoja de ruta a la que cada vez más empresas del sector se están uniendo en los últimos tiempos, y con bastante éxito.

Recomendaciones para cumplir los criterios ESG del sector inmobiliario

¿Qué son los criterios ESG?

Independientemente del ámbito en el que operan, las empresas son conscientes de necesitan comportarse de una forma responsable. No solo con sus clientes, sino también con la propia sociedad. Sin embargo, y aunque esta es una premisa que hoy parece muy evidente, en realidad no ha condicionado sus decisiones hasta hace relativamente poco tiempo.

En concreto, hemos de irnos 30 años atrás para atisbar un cambio en el enfoque primordial de las compañías. Entonces, en torno a la década los 90, los inversores empezaron a preocuparse por la manera en la que estas se interrelacionaban con la sociedad y el medioambiente. Y comprobaron que los esfuerzos orientados a tener buenas prácticas sociales y de sostenibilidad solían ofrecer resultados positivos para competir de forma exitosa tanto en lo corporativo como en lo económico.

Como resultado de todo ello, y en un contexto donde el cambio climático cada vez era más relevante, en 1999 se publicó el primer índice mundial para evaluar el desempeño de las principales empresas del mundo en términos de sostenibilidad: el Dow Jones Sustainability Index. Y aunque al principio su relevancia no fue muy importante, a la larga supuso un punto de inflexión hacia una nueva forma de entender la actividad empresarial.

No en vano, sentó las bases para la creación en 2004 del concepto ESG. Su ideólogo fue el por entonces secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, quien desafió a medio centenar de presidentes de grandes instituciones financieras de todo el mundo a encontrar soluciones para la integración de factores ambientales (environmentalen inglés), sociales (social) y de gobernanza (governance) en el mercado financiero antes del año 2030. De ahí que el término ESG surgiera como el acrónimo resultante de sumar estos tres aspectos.

Infografía sobre qué son los criterios ESG

¿A qué alude cada uno de los criterios ESG?

Criterios ambientales

El impacto que el sector inmobiliario tiene en el medio ambiente, y en especial  en el ámbito de la construcción, es innegable. Edificar supone alterar el terreno, extraer materiales y recursos naturales, consumir energía y generar residuos; por lo que no sorprende que, según datos de 2021 la ONU, estas actividades sean las responsables de más del 34 % de la demanda energética y de cerca del 37 % de las emisiones de CO2 asociadas a la energía.

Tener esto en cuenta y actuar en consecuencia supone que las empresas se guíen a través de unos criterios ambientales para cambiar la manera en la que diseñan y construyen edificios. De esta forma, no solo el proceso de planificación y construcción deben ser lo más sostenibles posibles, sino también el propio edificio durante su ciclo de vida.

Así, aplicar los criterios ambientales ESG permite también abordar y desarrollar algunos de los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como los referidos al agua limpia y saneamiento (ODS 6), a la energía asequible y no contaminante (ODS 7) o a la acción por el clima (ODS 13), entre otros.

Criterios sociales

Estos se preocupan de la manera en la que los proyectos inmobiliarios se interrelacionan con la sociedad. Por lo tanto, tenerlos en cuenta supone ir más allá del puro beneficio empresarial y buscar efectos positivos en otros agentes, como los empleados de las compañías implicadas, de los consumidores y clientes, de los proveedores, etc.

Y, para ello, se invierte en la implantación de medidas para mejorar la actividad de los trabajadores, como de conciliación laboral o de igualdad de género, además de en proyectos de formación, de carácter cultural o solidario. Lo que los vincula estrechamente con los ODS puramente sociales, como de fin de la pobreza (ODS 1), de fomento de la salud y el bienestar (ODS 3) o de apoyo a la igualdad de género (ODS 5).

Criterios de gobernanza

Por último, los criterios ESG también proponen tomar medidas para mejorar la gestión interna de las compañías del sector inmobiliario, incidiendo especialmente en una gestión transparente y ética. Simplificando, se puede decir que se enfocan en hacer lo correcto para evitar las prácticas corruptas y llevar a cabo un buen gobierno corporativo.

Poner en práctica estos criterios permite contribuir para el cumplimiento del trabajo decente y el crecimiento económico (ODS 8), para el establecimiento de la paz, la justicia y las instituciones sólidas (ODS 16) y para la creación de alianzas con el fin de lograr objetivos (ODS 17)

El compromiso del sector inmobiliario con los criterios ESG

¿Cuáles son las tendencias actuales dentro de los criterios ESG?

Hace ya casi dos décadas de su formulación y los criterios ESG han evolucionado y se han adaptado a los propios cambios que ha experimentado la sociedad. Por lo tanto, en un momento como el actual, marcado por la crisis energética y la acuciante necesidad de desarrollar una transición energética hacia fuentes más sostenibles, las empresas del sector inmobiliario están entendiendo que hacer hoy un esfuerzo para descarbonizar su actividad es una estrategia rentable a medio y largo plazo.

El resultado es un enfoque actual de los criterios ESG para lograr resultados como:

  • Una reducción de las emisiones de carbono de la industria, mediante la creación de una nueva edificación que permita ofrecer viviendas más accesibles y con un servicio integral para los inquilinos y propietarios.
  • La utilización de nuevos materiales en la construcción, abordando al mismo tiempo el problema del sobrecoste que suponen estos a día de hoy frente a los materiales tradicionales. 
  • Situar a la sostenibilidad como pilar en la mayoría de los proyectos de inversión. Así, esta es ya prácticamente un requisito indispensable, toda vez que en España se han unificado estos criterios a nivel legal gracias al establecimiento de un Código Técnico de Edificación (CTE).
  • Establecer certificados de ahorro energético, eficiencia y salud con el fin de demostrar el compromiso de las empresas con las prácticas responsables y sostenibles. Los sellos BREEAM o LEED son algunos de los mejores ejemplos a nivel internacional, mientras que en CULMIA también hemos desarrollado los nuestros: CUARZO como un estándar que garantiza un diseño y construcción saludables y JADE como un estándar que asegura un diseño y construcción sostenibles.
Infografía tendencias actuales dentro de los criterios ESG

¿Cuáles son los retos inmediatos que plantean los criterios ESG al sector inmobiliario?

Todas estas actuaciones se orientan hacia una meta ideal: la descarbonización total del sector. Es decir, hacia un nuevo modelo de vivienda que permita alcanzar los dos grandes objetivos que se ha fijado la industria en el marco de las políticas comunitarias a largo plazo: la reducción para 2030 de las emisiones de CO2 asociadas a la producción de los materiales y la construcción en un 40 %, así como en un 100 % en el caso de las emisiones durante la vida útil de los edificios. Y una reducción completa de todas las emisiones para 2050, tanto en los procesos productivos y constructivos como en la posterior vida útil.

Esto supone, entre otros aspectos, realizar un esfuerzo para la implantación de modelos circulares en los procesos constructivos para un mejor aprovechamiento de los materiales, el establecimiento de mecanismos para la monitorización y la obtención de datos de eficiencia energética o la inversión en proyectos sociales para exponer los beneficios de apostar por la edificación sostenible.

Sin olvidar otros retos relacionados con la responsabilidad social y de gobernanza, como la necesidad de invertir en el desarrollo de vivienda asequible como forma de potenciar sus beneficios sociales y medioambientales sin renunciar a la rentabilidad financiera. O la adopción por parte de los fondos de inversión inmobiliaria (REIT) de políticas de responsabilidad social corporativa (RSC).

Criterios ESG del sector inmobiliario

En CULMIA estamos comprometidos con los criterios ESG

Nuestra visión es trabajar para la creación de valor económico y social, por lo que nuestras actividades respetan el medio ambiente y tienen el objetivo de contribuir tanto a la mejora de la sociedad como de sus ciudadanos. Por ello, en CULMIA contamos con una Política de Sostenibilidad propia, la cual establece los principios esenciales de la labor que realizamos y el marco de actuación común sobre el que se articulan nuestra estrategia corporativa y valores. Te invitamos a conocerla aquí.

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Guía vivienda saludable y construcción sostenible