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Apenas unos minutos son suficientes para ventilar la casa algo que, en esencia, permite mejorar la calidad del aire y las condiciones del interior.

La crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus ha puesto en valor la necesidad de renovar el aire de una habitación. Sin embargo, la amenaza de la COVID 19 es solo un motivo más que añadir a los muchos por los que ventilar la casa es más que una recomendación de los expertos. La calidad del aire es fundamental para  crear atmósferas confortables y saludables. Tanto es así que es una tarea que no entiende de estaciones. 

En invierno, primavera, verano, otoño. Con independencia de la época del año en la que nos encontremos, el gesto de abrir las ventanas y tomarnos el tiempo necesario para ventilar para ventilar una habitación es sinónimo de salubridad. Lo contrario puede suponer riesgos para la salud, bien por la concentración de CO2 o por otras amenazas fácilmente eliminables a golpe de corriente. Y es que ventilar es algo más que refrescar la casa. 

Beneficios de renovar el aire de una habitación

Conocer los beneficios de ventilar la casa puede ser todo lo necesario para convencer a los escépticos de lo importante de la tarea. Una correcta ventilación permite, entre otras cosas:

Mejorar la calidad del aire

Reducir los niveles de concentración de CO2 es una de las bondades de renovar el aire de una habitación. La cuestión no es baladí ya que puede resultar nocivo para los habitantes. Según los expertos el nivel de dióxido de carbono recomendado en interiores no debería superar los 400-800 ppm. 

botón para renovar aire de una casa

Evitar el uso de electrodomésticos a gas o mejorar el sistema de calefacción puede ayudar a mantener a raya la presencia de CO2. Sin embargo, no es el único que puede amenazar la calidad del aire de tu hogar. Ciertos objetos y productos de limpieza también liberan gases tóxicos. Por eso, ventilar la casa es una tarea tan sencilla como efectiva para minimizar riesgos. 

Regular la humedad

Los gases nocivos no son lo único que afecta a la calidad del aire. La humedad es otro de los factores a tener en cuenta. Esta cuestión también mejora notablemente si dedicas el tiempo necesario para ventilar una habitación. 

Lo ideal es que el nivel de humedad oscile entre un 35 y un 50%. Por encima o por debajo de estos niveles, puede tener consecuencias negativas para la salud. En invierno, por ejemplo, es habitual que descienda por debajo del 35% lo que, en la práctica, se traduce en molestias para piel, mucosas respiratorias y ojos que, por lo general, están más resecos. 

La mayor amenaza, sin embargo, la encontrarás si está por encima del 50%. En estos casos, las estancias serán más propensas a la condensación. El resultado puede ser la proliferación de moho o bacterias que suponen un riesgo para tu salud, de ahí que ventilar la casa sea fundamental. 

Reducir el polvo

Problemas para respirar, irritación en los ojos, cefaleas, fatiga… ¿Te suena? No ventilar la casa correctamente es aún más perjudicial para las personas que sufren alergias. Las partículas en suspensión constituyen una amenaza apenas visible pero muy real. Sin embargo, puedes eliminarla fácilmente tomándote el tiempo necesario para ventilar una habitación.  

Beneficiarse del efecto del sol

Cómo ventilar una habitación es una tarea vinculada tradicionalmente con el hecho de renovar el aire, pocos hay que piensen en otra de sus ventajas más evidentes: la acción del sol. La luz natural proporcionada por la incidencia de los rayos del astro rey no solo calienta. En cierta medida, también es una potente herramienta para desinfectar. Los rayos ultravioleta tienen la capacidad de incidir sobre ciertos microorganismos lo que, en la práctica, contribuye a la salubridad de los espacios.    

mujer leyendo mientras ventila la habitación

Cómo ventilar una casa

Abrir la ventana es el gesto más sencillo para renovar el aire de una habitación. Si bien es cierto que es perfectamente válido, para llevar a cabo una ventilación correcta no está de más seguir ciertas recomendaciones. Para empezar, es importante apostar por la ventilación cruzada. Dicho de otro modo, no se trata únicamente de abrir una ventana sino más bien de buscar crear corrientes que permitan la circulación del aire. 

El momento del día o el clima del lugar en el que vivas son cuestiones que también conviene tener presentes. Recuerda que no se trata de refrescar la casa -aunque en verano contribuya a ello-, sino de propiciar ambientes saludables y confortables. En invierno, por ejemplo, el mejor momento para ventilar la casa será aquel en el que haya una mayor incidencia del sol, por lo general, al mediodía. Sin embargo, renovar el aire de las habitaciones por la noche será lo más apropiado en verano aunque durante todo el año conviene ventilar los dormitorios al levantarse.

Cuanto tiempo hay que ventilar la casa

Si tenemos en cuenta que renovar el aire de una habitación es fundamental para mejorar la calidad de los ambientes, parece lógico pensar que ventilar la casa debe ser una tarea que realices diariamente. Es algo sencillo que debe convertirse en una costumbre. De hecho, no es necesario invertir mucho tiempo. Bastan diez o quince minutos al día para que el aire nuevo inunde el hogar. Aunque tampoco está de más aumentar el tiempo o las veces en las que ventilas la casa en función de si hay más o menos gente en su interior.  

¿Te preocupa dejar las ventanas abiertas? ¿Buscas fórmulas alternativas que complementen el efecto de una correcta ventilación? Pues toma nota. Las nuevas tecnologías pueden convertirse en grandes aliadas. En las promociones de Culmia, por ejemplo, se van incorporando distintos niveles de automatización que, entre otras cosas, incluyen la gestión de la renovación del aire de la vivienda. Sin tener que recurrir a sistemas domóticos o instalaciones de última generación, también hay pequeños gestos que te ayudarán a conseguir un ambiente saludable. Las plantas de interior, los purificadores de aire o algo tan sencillo como descalzarse al entrar en casa son solo algunas ideas. 

Guía vivienda saludable y construcción sostenible