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En el último año, la sociedad ha tomado especial conciencia sobre la importancia de controlar el gasto energético para evitar que las facturas alcancen costes difíciles de asumir. Las oscilaciones del mercado, condicionado por factores diversos como la guerra de Ucrania, el papel de las renovables o el crecimiento de la demanda, nos obligan a medir muy bien toda nuestra actividad diaria —tanto en hogares como en negocios—, así como a informarnos puntualmente del precio que tiene la luz.

Lógicamente, los consumidores tenemos poco que decir cuando se trata de hablar de precios. Pero, al menos, sí tenemos la capacidad para tomar medidas que nos permitan ser más eficientes en el uso de la energía, de forma que gastemos solo la electricidad que realmente necesitemos. Lo cual nos permitirá reducir nuestra demanda, ahorrar dinero y, de paso, evitar que el mercado energético alcance cifras prohibitivas.

Para ayudarte a un consumo más equilibrado y ajustado, en Culmia hemos seleccionado 10 tips para ahorrar energía en casa y que ya puedes aplicar en tu día a día. ¿Te animas a comprobarlo?

Infografía tips ahorro energético

10 consejos para ahorrar energía en tu hogar

Conocer la potencia contratada y ajustarla

El primer consejo es conocer dos aspectos: por un lado, la potencia que tenemos contratada con nuestro proveedor; y, por el otro, cuánto consumimos — aproximadamente— al mes. Lo habitual es tener firmado un contrato que nos ofrezca una potencia energética superior a la que realmente necesitamos para nuestro domicilio, lo que equivale a pagar más dinero del necesario al final de cada mes.

Para ajustarlo mejor a nuestro consumo, es fundamental que sepamos realmente cuánto solemos necesitar y que tratemos de ajustar la potencia lo máximo posible. Aunque siempre dejando un margen para aquellos momentos en los que necesitemos picos de uso, como cuando tengamos varios electrodomésticos grandes funcionando a la vez —lavadora, plancha o secador de pelo, por ejemplo—.

Ten en cuenta que ahora es posible bajar la potencia por décimas de kilovatio (kW) y que cada décima o tramo puede suponernos hasta 5 euros de ahorro al mes. Y si además de eso optamos por una tarifa de discriminación horaria, en la que paguemos según los horarios de los consumos, podremos conseguir resultados notorios de forma prácticamente inmediata.

Persona pulsando interruptor de la luz para facilitar el ahorro de energía

Usar la energía que únicamente vayamos a necesitar

¿Tienes algunos electrodomésticos permanentemente encendidos o en ‘espera’ aunque no los vayas a usar? Desenchúfalos o apágalos completamente hasta que los necesites, ya que es importante que aprendamos a no malgastar la energía por desatención o simple comodidad. Y es que, ¿sabías que los aparatos en ‘stand bypueden llegar a suponer entre el 7 y el 11 % del consumo total de una vivienda?

Compra electrodomésticos con bajo consumo energético.

Por ley, los electrodomésticos que se venden en España —como televisores, lavadoras o frigoríficos— deben incluir una etiqueta energética que indique su consumo. Esta los clasifica en siete grupos —de más a menos consumo, desde la letra G a la A—, por lo que podrás fijarte en ella para hacer tu compra.

Y si lo haces, ten en cuenta que probablemente te sea más rentable a la larga gastarte más dinero al principio para adquirir un producto eficiente que intentar ahorrar al principio y luego acabar pagando más dinero todos los meses en tu factura eléctrica.

Aprovechar al máximo los electrodomésticos

Si enciendes un electrodoméstico, intenta maximizar su uso. Es decir, si decides planchar, en vez de hacerlo todos los días con poca ropa, hazlo cada cierto tiempo y con un buen número de prendas, porque así no gastarás más energía en calentar la plancha. O si pones la lavadora, llena el tambor lo máximo posible. ¡Hasta podrás aprovechar el calor residual de tu horno o vitrocerámica tras apagarlos, ya que te permitirán terminar de calentar tus platos antes de que se enfríen del todo!

Aprovechamiento de la luz solar y apagar la luz cuando no se use

Quizá en alguna ocasión hayas preferido encender la luz de una habitación en vez de subir la persiana para que entre más luz natural. O hayas dejado encendido el salón, a pesar de estar haciendo cosas por el resto de la casa. Descuidos como estos se traducen en un mayor gasto energético y afectan a nuestro bolsillo, por lo que hay que tratar de sacar el máximo partido del sol y recurrir a la luz artificial solo cuando realmente la vayamos a aprovechar.

Regulando termómetro de temperatura de la calefacción como medida para ahorrar energía

Utilización de bombillas LED

La tecnología LED no debe faltar en una casa eficiente y sostenible. Esta tiene un consumo hasta 10 veces inferior a una bombilla incandescente, emite mucho menos calor y disfruta también de una vida útil mucho más larga. Esto se traduce en que, según un estudio de Eurostat, una casa media con todas sus bombillas de tipo LED, puede ahorrar casi 12 euros mensuales respecto a otra que solo emplee bombillas tradicionales.

Mejor ducha que baño

En la parcela de la higiene personal, también podemos tener pequeños gestos que nos ayuden a ahorrar. El más evidente es ducharse en vez de bañarse, porque reducirá considerablemente el consumo de agua. Y este puede ir acompañado de otros menores, como instalar perlizadores-aireadores en los grifos que controlen mejor la emisión del agua, utilizar mandos termostáticos que faciliten un ajuste automático de las temperaturas o, por supuesto, no dejar abierto el grifo si no vamos a enjuagarnos.

Agua fría para los lavados

El agua caliente es fundamental para lavarnos las manos o ducharnos en los meses más fríos. Pero, en cambio, no la necesitaremos para lavar ropa; a pesar de que, en teoría, pueda proporcionarnos mejores resultados. Aquí, por ejemplo, recomiendan añadir una cucharada de percarbonato de sodio junto al detergente; y garantizan estupendos resultados incluso con lavados a bajas temperaturas.

Persona sujetando una bombilla junto a una hucha representando el ahorro de energía

Mantener la temperatura de casa en niveles adecuados

Suena sencillo, pero en la práctica es más complicado. Lo aconsejable es que mantengamos nuestro hogar entre 19 y 21ºC en invierno y entre 24 y 26 ºC en verano. Y las formas de lograrlo serán muy diferentes: aislando bien ventanas y puertas, utilizando alfombras y cortinas o no cubriendo los radiadores en invierno; así como ventilando bien a primera hora o recurriendo a las plantas en las épocas más calurosas.

Dejar que la domótica nos ayude

Si disfrutamos de una casa inteligente, tendremos en nuestra mano una gran ventaja. Contar con un termostato autorregulable evitará que estemos pendientes de lograr constantemente una temperatura óptima, programar el encendido o apagado de los electrodomésticos nos garantizará que consumirán solo cuando nosotros decidamos e implementar un control inteligente de toldos y persianas facilitará el máximo aprovechamiento de la luz solar.

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